Segunda parte:
Cambio de modelo social
Evidentemente no voy a hacer aquí
ninguna historia de la Revolución Industrial, ni siquiera un resumen, hay
montones de libros que hablan de ella. Sí diré, en cambio, que la nueva
burguesía comercial se hizo de oro con el comercio triangular: llenaban los
barcos de baratijas (además de alcohol, pólvora…) en Inglaterra, Países Bajos,
Francia…, y los llevaban a África, allí cambiaban esos productos por esclavos
que eran trasladados a América hacinados y en condiciones infrahumanas, donde
los vendían como cualquier otra mercancía. Con el dinero obtenido compraban
materias primas, sobre todo algodón. Volvían a Inglaterra (Holanda, norte de
Francia…) y las vendían a la incipiente manufactura que se había saltado las
normas impuestas por los gremios medievales puesto que ya no servían al nuevo
sistema productivo. La acumulación de dinero fue tal que necesitaban invertirlo
en otras actividades, por ejemplo en la nueva industria mecanizada. Vemos,
pues, que el capital inicial necesario para las nuevas máquinas salió de un
comercio humanamente ilegal. El capitalismo industrial, y todo lo que vino
después, descansa en unas raíces inhumanas. No se puede, pues, pedir al
capitalismo humanidad, no la tiene.
Esa nueva industria mecanizada se
va a las ciudades, después de romper el círculo campesino-manufacturero. En las
ciudades surgen los nuevos talleres y, con ellos, las aglomeraciones de
obreros. Dichos obreros procedían del mundo rural en el que las leyes de
cercamiento de tierras (Inglaterra en un principio) les dejó sin su sistema de
manutención colectivista. Ahora, “libres de las cargas feudales”, se emplearon
por horas a cambio de un salario. Estaba naciendo el proletariado industrial:
la explotación sistemática, agotadora y alienadora. Más tarde vendría la
explotación “científica” (fordismo, taylorismo, estajanovismo…), es decir, la aniquilación
del ser humano.
Estos obreros se agrupaban
masivamente en barrios construidos alrededor de las fábricas en las que
trabajaban. Sin luz, sin agua, sin calefacción. Casi sin comida, casi sin
vestidos. Si enfermaban y no iban a trabajar no cobraban ese día. Los niños no
iban a la escuela, ayudaban a los mayores trabajando, haciendo el mismo
esfuerzo, como las mujeres, y cobrando menos que los hombres mayores… Por
supuesto que no había vacaciones ni “fiestas de guardar”, en esas fiestas el
patrón obligaba a los obreros a asistir a misa y luego de nuevo al tajo. O sea,
casi lo que hoy está empezando a ocurrir en el mundo “desarrollado”, por
ejemplo, en el Estado español, donde la sanidad para todos, la enseñanza para
todos, la asistencia social para todos… están desapareciendo en aras del gran
beneficio económico.
En esos barrios, con esas gentes,
nace un tipo de delincuencia no conocida hasta entonces. No hablamos de las
revueltas ludistas, que también; no hablamos del movimiento obrero organizado,
que también; no hablamos de las ocupaciones de fábricas, que también; no
hablamos de los nuevos sindicatos (Trade Unions), que menos… Hablamos de
aquellos individuos que, en solitario o en grupo, asaltan, roban, asesinan…
rompiendo el “equilibrio social” tan querido y necesitado por los burgueses,
porque la “seguridad” era y es necesaria para el negocio, para el “equilibrio”
burgués. Algo que suena en los oídos a todas horas.
Grupos organizados de delincuentes han existido desde que
apareció la propiedad privada. Basta leer, por poner un solo ejemplo de los
infinitos que puede haber, Rinconete y
Cortadillo donde vemos aquella Corte tan bullanguera y maravillosa de
Sevilla. Pero ahora, el orden burgués es necesario para asegurar tanto los
pequeños como, sobre todo, los grandes negocios. Por eso aparecen las nuevas
policías urbanas. Según Hoveyda surgieron un poco antes, en el siglo XVII, “más
exactamente en el año 1667, en el que se nombró al primer teniente de policía
[en París]. Se trataba de La Reynie, famoso por haber acabado con la célebre corte de los milagros”,
si bien no tiene el carácter de la policía posterior. Además en la mayoría de
las narraciones iniciales del género policíaco los investigadores no son
policías (y no quiero hablar del Juez Ti, allá por el siglo VII en Occidente,
en la Dinastía Tang en China, porque no me parece que tenga nada que ver con el
género, aunque los hay que lo consideran ya un investigador policial), es más,
se ríen de ellos.
Cuando nace este nuevo paradigma
de convivencia (de mala convivencia, podríamos afirmar). Cuando se rompe el
esquema anterior de relaciones, por ejemplo gremiales. Cuando la pobreza, la
miseria y la explotación empiezan a convivir con la riqueza más escandalosa, la
opulencia más injusta y el poder cada vez más alejado de las gentes humildes.
Cuando se ha puesto fin a la armonía y los contrarios, hasta entonces
“desaparecidos”, y aparecen de manera inmisericorde… Cuando todo esto ocurre,
surge el rechazo de aquella estética sometida a unas normas clásicas que ya
nada dicen, nada inspiran y de nada sirven. Así, frente a las rígidas normas,
frente a la falta de libertad, surge el Romanticismo.