De nuevo un homenaje a "Liberty bar", de Simenon.

Hace ya algunos años, en concreto el 9 de mayo de 2007, nacía Liberty. El nombre era un homenaje a la mejor novela de Simenon sobre Maigret, Liberty bar. Luego, ya casi al final, cambió el nombre por el de JAJA, un personaje entrañable de dicha novela. Y, más tarde, Liberty/JAJA desapareció, era abril del 2009: "Hasta... ¿pronto, nunca, siempre?" se despedía entonces con cierto amargor en el alma: "muchos lectores que tienen otros blogs", muchos escritores que enviaban sus libros, algunas editoriales que también lo hacían (había días en que Liberty recibía más de 100 visitas)... dejaron de existir, ya no enviaban, ya no escribían, ya no existían...

Hoy (noviembre 2012) vuelve, con otra dirección (en-liberty.blogspot.com) pero con el fin de recuperar alguno de los textos que allí se publicaron. Y algunas cosas más. Pero haciendo tabla rasa de aquellos años.

Enrique Bienzobas

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sábado, 15 de diciembre de 2012

Un tal Maigret



Fotografía tomada de un buen

Cuarto
y último (de momento)

Las crónicas que nos ha legado Georges Simenon son la historia de una vida dedicada a vivirla. De un oficio que, no nos engañemos, sólo existía en su mente privilegiada. Estas historias revolucionaron la novela policíaca. Cuando Simenon empezó a contarnos la vida de Maigret, la novela enigma pesaba aún mucho, el misterio dominaba y el juego limpio era el saco en el que los autores se permitían meter todo aquello que, al final, iba a servir de algo. Arsenio Lupin, el competidor de Sherlock Holmes, esos personajes míticos y heroicos más allá de lo humano, entusiasmaban a las gentes. Por eso, la aparición de este antihéroe, gordito, bonachón, que se enfadaba con la estupidez de los “descarriados”; muestra unos nuevos caminos. "¡Qué lejos estamos de la novela policíaca!"[1]. Ya no son los héroes, los casi inmortales, ahora se trata del hombre de carne y hueso. Las crónicas de Simenon nos ponen en contacto con el drama concreto. No importa que Simenon muchas veces respete las normas de la narración policíaca, pues cuando lo hace nos enseña otra manera de hacerlo, es decir, está creando una novela policíaca nueva que, da igual el adjetivo de psicológica con el que algunos la adornan, se trata de Literatura, aunque él la llamara "semiliteratura". De buena novela policiaca, sin más.



[1] THOMAS NARCEJAC. Obra señalada, pág. 65.


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