Hace algo más de cinco años los libreros de
Muga, una librería de Vallekas, me pidieron, para su revista Los Papeles de
Muga, algo sobre novela negra. Por entonces yo estaba alucinado con dicha
novela, creo que el último boom de ella estaba en su cenit por entonces, vivíamos
como en una fiebre con dicha novela. Les envié este pequeño y simple comentario
que, desde luego, no aportaba nada nuevo.
Hoy,
cuando el entusiasmo por la novela negra ha dejado paso a una mirada crítica,
no lo escribiría tal y como está, sería algo muy diferente. Por ejemplo, no lo
llamaría ya "Novela Negra", sino novela policiaca, nombre que acogería
a todo el género, incluido el "negro", aunque no todo quepa en
algunas librerías. Pero eso será motivo de algún comentario en los próximos días
o semanas o ¡Vaya usted a saber!
Salió
publicado en el antiguo Liberty el 11 de mayo de 2007
"Algunos apuntes sobre Novela Negra"
La novela
policiaca es de origen anglosajón, la detective story, que trata de la
investigación de un hecho criminal. Los orígenes los podemos situar en algunas
novelas góticas que con su atmósfera de crimen y misterio y con algunos
elementos sobrenaturales pusieron las claves. El ejemplo más destacado es Edgar
Allan Poe y su narración Los crímenes de la calle Morgue que con el
detective aficionado Auguste Dupin, da inicio a los relatos policíacos
modernos. Después vendría Conan Doyle, Agatha Christie, Elery Queen y otros
muchos. Todos ellos constituirían la novela policíaca clásica en cuyas narraciones
lo importante es el problema planteado, el proceso deductivo que lleva al
detective a la solución y la salvación del statu quo social, pues el
criminal representa el mal y el detective el bien. Tienen, por lo tanto, las
narraciones de este tipo, un fuerte contenido ético-conservador.
Allá, en los años
veinte del siglo XX en los Estados Unidos de Norteamérica surge un nueva novela
policiaca, la novela negra, llamada así porque en Francia, la editorial
Gallimard, de la mano de André Gide, André Malraoux, Albert Camus y Jean Paul
Sartre, publicó, a partir de 1945, traducciones de Hammett, James M. Cain,
Horace McCoy, etc y que, por llevar las pastas de color negro, se denominaron Série
Noire, a lo que el cine de Huston, Hawks, Hitchoock con sus Films noirs
terminó por fijar el calificativo. Sin embargo no se llama así en otros
lugares. Por ejemplo, en Italia se llama Giallo, la novela y el cine policíaco.
En estas narraciones desde un principio se sabe quién es el asesino, el
suspense en todo caso radica en saber si será descubierto. Bueno, no siempre.
Los años veinte y
treinta son años de locura y depresión. Un desarrollo económico ficticio
y una crisis profunda, a lo que se une la prohibición de venta de bebidas
alcohólicas. Todo esto pone las bases de la futura sociedad norteamericana
basada en las grandes diferencias sociales de manera que los grandes
pueden alcanzar todo y los chicos ni siquiera una cama para morir
dignamente. La violencia, el gangsterismo, la corrupción a todos los niveles
(políticos, policías, jueces,...) genera una sensación de inoperancia de la
policía frente al crimen, lo que unido a la dependencia de los pequeños
propietarios frente a las mafias protectoras y el aumento del paro en
los años treinta, hace que el sentimiento de desprotección de las clases
populares sea total. El nuevo público popular demanda otros referentes que no
sean los tradicionales.
En este ambiente
surgen los pulps magazines, nombre que se deriva del tipo de papel de
pulpa, malo y barato. Estas revistas ilustradas contaban narraciones evasivas
hasta que una de ellas, Black Mask (que desde su nacimiento en 1920
hasta 1926 se llamó The Black Mask y que en 1953 es absorbida por el Ellery
Queen's Mystery Magazine), con la dirección de Joseph Thompson Shaw entre
1926 y 1936 adquiere unas características nuevas: perspectiva literaria para la
narración policial, enfoque crítico de la realidad social y política, denuncia
de la corrupción y actualización de la novela-enigma. En Black Mask colaboraron
Carroll John Daly, Dashiell Hammett y Stanley Gardner.
La novela negra
es como una especie de crónica social. Una denuncia de un sistema que no puede
luchar operativamente contra la delincuencia organizada y, por tanto, convive
con ella. Las clases populares se ven afectadas y piensan que las leyes sólo
están para que las cumplan ellos. La figura del gangster comienza a cobrar
cierta aureola de héroe, al fin y al cabo se enfrenta al sistema. Por eso en
los magazines aparece el justiciero, el detective, que lucha él sólo contra el
crimen organizado manteniendo un precario equilibrio sobre la raya de la
legalidad, porque lo que interesa a este detective, duro, solitario, violento,
mujeriego, con grandes dosis de alcohol en sus venas y con una fuerte carga
romántica, de ahí el nombre de hard-boiled algo así como duro y en
ebullición, es hacer justicia aun a costa de la ley.
La novela negra
es realista, verosímil: "La situación inicial -nos dice Raymond Chandler-
y el desenlace deben tener unas motivaciones verosímiles. Deben mostrar los
actos verosímiles de personajes verosímiles en una situación verosímil,
recordando además, que la verosimilitud depende en buena parte de un problema
de estilo" (En Peces de colores. Editorial Bruguera, Barcelona, 20
edición 1986. También en Obras completas, tomo II: Relatos.
Editorial Debate. Madrid 1995), continúa diciéndonos que los personajes, el
ambiente y las situaciones deben ser realistas. También nos lo dice Chester
Himes al referirse a sus fuentes de inspiración: las condiciones -tanto sociales
como narrativas- están determinadas por las relaciones de clase y de raza en
los Estados Unidos. Las relaciones sociales influyen en las violaciones de la
ley y en sus personajes (En "Entrevista con Chester Himes". Los
Cuadernos del Norte, núm. 41, marzo-abril 1987). Así, pues, el interés
principal de la novela negra no está en la solución de un enigma, sino
más bien el la presentación de un cuadro de conflictos humanos y sociales, y en
el estudio de caracteres, siempre a partir de un enfoque realista y crítico.
Entre los autores
más importantes se encuentran John Carroll Daly, como pionero de la novela
negra; Dashiell Hammett, uno de los autores más clásicos del género, la
editorial Debate ha publicado sus Obras completas en dos tomos; James M.
Cain, la M es de Mallahan, nombre de la madre que fue cantante de ópera, autor
de la conocida novela llevada al cine El cartero siempre llama dos veces;
Erle Stanley Gardner que, después de su colaboración en The Black Mask,
se dedicó a la ficción de misterio alejada de la novela negra; Horace
McCoy, en cuyas novelas introduce fuertes rasgos autobiográficos; Raymond
Chandler, del que ya hemos citado las Obras completas; Chester Himes,
que tiene una obra, El primitivo, de la que él dice "Es mi novela
favorita porque probablemente he puesto en ella todo cuanto quería decir, desde
un punto de vista ideológico" ("Entrevista..."); James Hadley
Chase, que en realidad se trata del escritor británico René Brabazon Raymond;
Brian Garfield, también desarrolló en género western; David Goodis; Patricia
Highsmith, que es la representante más destacada de la novela negra
femenina, además de profundizar en el aspecto psicológico; William Iris; Elmore
Leonard; Ed McBain, seudónimo de Evan Hunter; Jim Thompson, uno de los
escritores mas duros del género; etc.
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