De nuevo un homenaje a "Liberty bar", de Simenon.

Hace ya algunos años, en concreto el 9 de mayo de 2007, nacía Liberty. El nombre era un homenaje a la mejor novela de Simenon sobre Maigret, Liberty bar. Luego, ya casi al final, cambió el nombre por el de JAJA, un personaje entrañable de dicha novela. Y, más tarde, Liberty/JAJA desapareció, era abril del 2009: "Hasta... ¿pronto, nunca, siempre?" se despedía entonces con cierto amargor en el alma: "muchos lectores que tienen otros blogs", muchos escritores que enviaban sus libros, algunas editoriales que también lo hacían (había días en que Liberty recibía más de 100 visitas)... dejaron de existir, ya no enviaban, ya no escribían, ya no existían...

Hoy (noviembre 2012) vuelve, con otra dirección (en-liberty.blogspot.com) pero con el fin de recuperar alguno de los textos que allí se publicaron. Y algunas cosas más. Pero haciendo tabla rasa de aquellos años.

Enrique Bienzobas

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miércoles, 26 de diciembre de 2012

Vidocq, entre el mito y la realidad




Tercera parte:
De ladrón a policia

Su llegada a la policía es una auténtica revolución. Son años en los que la gran burguesía ya está asentada en el poder, de la mano de Bonaparte. Años en los que la delincuencia, tanto en provincias como en París, está experimentando un fuerte desarrollo y en los que los burgueses necesitan seguridad para llevar a cabo sus negocios. Por eso, aunque no les guste que un ex delincuente dirija la policía, miran hacia otro lado al comprobar que es efectiva. Vidocq desarrolla un auténtico programa policial. Revela los métodos, costumbres, hábitos y vestidos de los delincuentes; propone medidas para evitar el fraude, da a conocer las estrategias de los ladrones y lleva a cabo una clasificación de los forajidos, señalando públicamente a los más importantes. Todo ello con el fin de que la corrupción se vea disminuida, que los atentados contra la propiedad (emblema burgués) sean más raros y que la prostitución deje de ser una consecuencia obligada de ciertas posiciones desagradables. Y, como hasta ese momento, dice Vidocq, las policías han sido montadas no con miras al bien general sino (…) por cuenta del primer llegado que dispone de los dineros del tesoro, pretende realizar una trasformación total. No es extraño, pues, que toda la policía se ponga en su contra.
Además del programa que llevó a cabo en la policía, Vidocq introduce un nuevo método en la investigación criminal. Fue el primero en decir aquello de que en la escena del crimen todo debe ser mirado bajo el microscopio. También fue el primero en llevar a cabo la elaboración de unos moldes para las huellas de los pies y en controlar y almacenar las huellas de las manos. Llevó a cabo estudios de balística y realizó los primeros retratos robots, buscando memorizar los rostros de los delincuentes, por útlimo, desarrolló las técnicas de vigilancia. Inventó una tinta que no se podía borrar, además de un papel de difícil falsificación –la primera vez que estuvo fuera de la policía, de 1827 a 1830, montó una fábrica de papel (fue un fracaso entre otras cosas porque los clientes exigían un precio mas barato que a otros por emplear a ex delincuentes), que fabricó dicho papel-. Además fue creando un fichero de todos los delincuentes con los que se tropezaba. Todo esto lo plasmó en un manual de uso interno de la Sûreté.
Los otros policías no ven con buenos ojos la labor de Vidocq y, en muchas ocasiones, intentan boicotearla. Para comprobar cómo se ríe de los policías es suficiente una anécdota. El prefecto de policía, Sr. Henry, comenta a sus subordinados que deben arrestar a todo un grupo de malhechores que se reúne en un cabaret llamado Denoyez. Uno de los oficiales propuso entonces llevar a todo un batallón. Vidocq le dice al prefecto que con ocho hombres suyos era suficiente, el Sr. Henry aceptó. Vidocq entra solo en el cabaret, manda parar la música y grita: “¡Yo soy Vidocq!”. Salen las mujeres y cuando lo hacen los hombres son señalados uno a uno con una tiza. Afuera están sus ocho ayudantes que los van metiendo en los furgones. Treinta y dos malhechores son detenidos sin esfuerzo ninguno. Sus métodos ponen en ridículo a los otros policías, los cuales le acusan de conocer previamente el delito para esclarecerlo luego de forma rápida.
Con la Revolución de julio de 1830 vuelve a la policía. Había solicitado la baja por desavenencias con los ultramonárquicos protegidos de Carlos X. Al principio, bajo el nombre de Lauret, dirige clandestinamente a la Brigada de Seguridad, hasta que el 31 de marzo de 1832 es nombrado jefe de Seguridad. Vidocq es un bonapartista y defiende los derechos de la burguesía. Quiero que triunfe un derecho que no atañe solamente a mi interés personal, sino que alcanza a las alturas del interés público. Porque se trata de la primera y de la más sagrada de las garantías: la que defiende y protege la libertad individual. Le falta hablar de la propiedad privada, pero la defenderá con su agencia de detectives. Por eso, cuando en junio del 32 estalla una insurrección popular, él, al frente de varios grupos de policías, dirige las acciones protegiendo la prefectura de la policía de las iras revolucionarias, logrando mantener a Luis Felipe en el trono. Luego, sus adversarios –a la vez que enemigos de Luis Felipe-, dirán que el rey ha sido salvado gracias a los bandidos.

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