De nuevo un homenaje a "Liberty bar", de Simenon.

Hace ya algunos años, en concreto el 9 de mayo de 2007, nacía Liberty. El nombre era un homenaje a la mejor novela de Simenon sobre Maigret, Liberty bar. Luego, ya casi al final, cambió el nombre por el de JAJA, un personaje entrañable de dicha novela. Y, más tarde, Liberty/JAJA desapareció, era abril del 2009: "Hasta... ¿pronto, nunca, siempre?" se despedía entonces con cierto amargor en el alma: "muchos lectores que tienen otros blogs", muchos escritores que enviaban sus libros, algunas editoriales que también lo hacían (había días en que Liberty recibía más de 100 visitas)... dejaron de existir, ya no enviaban, ya no escribían, ya no existían...

Hoy (noviembre 2012) vuelve, con otra dirección (en-liberty.blogspot.com) pero con el fin de recuperar alguno de los textos que allí se publicaron. Y algunas cosas más. Pero haciendo tabla rasa de aquellos años.

Enrique Bienzobas

El contenido de este blog se ha transferido a la siguiente dirección:

Liberty B:

http://www.liberty-bienzobas.es


jueves, 6 de diciembre de 2012

Un tal Maigret


Segunda parte


Imagen tomada de Networks


Las primeras noticias oficiales que nosotros tenemos de Maigret datan de 1931, fecha en la que se publicó Pietr-le-letton[i], aunque fue escrita en 1929. Sin embargo su cronista, Georges Simenon Brüll, ya nos había contado algo de su existencia cuando firmaba sus libros con pseudónimos. Por ejemplo, la primera referencia a un individuo que después adoptará en nombre de Maigret, y que entonces se llamaba el agente núm. 49, es en L´Amant sans nom, que publica con el pseudónimo de Christian Brulls en 1929. Luego, en Une ombre dans la nuit, con el pseudónimo de Georges-Martin Georges, también publicada en 1929, ya aparece con el nombre de Maigret, que se va configurando en Train de nuit (Chistian Brulls), en La figurante y en La femme rousse (Georges Sim). Hasta que, en 1932, publica bajo el pseudónimo también de Georges Sim una historia completa de Maigret titulada La Maison de l´inquiétude, escrita en 1929. El cronista oficial de Maigret, Simenon, asegura que el primer encuentro fue con Pietr-le-letton: "[En Delfzijl, Holanda] en el pontón medio podrido y habitado por ratas, reuní algunas vejas cajas de embalaje, instalé la máquina de escribir sobre la más alta, me senté en una algo más pequeña y puse los pies sobre otras más bajas aún, que emergían apenas del agua estancada. Dos días después, empezaba una novela, que tal vez sería una novela popular como las otras, quizás algo distinta; y así, con Pietr-le-letton, nació un tal Maigret, de quien no sabía que acabaría obsesionándome durante años y que iba a cambiar por completo mi vida"[ii]. Si Georges Simenon nos dice que Pietr... fue la primera historia oficial de Maigret debemos entenderlo porque las historias anteriores fueron publicadas con otros nombres y porque, La Maison de l´inquiétude fue rechazada por su editor por lo que la convirtió en "una novela fallida".[iii]
Por lo tanto, cuando nosotros sabemos de Maigret, éste tiene unos cuarenta y cinco años y así nos lo presenta su cronista, "No es que se pareciera a los policías popularizados por las caricaturas. No llevaba bigotes[iv] ni zapatos de suelas gruesas. Su traje era de una lana bastante fina, y de buen corte. Y, en fin, se afeitaba cada mañana y tenía las manos cuidadas. Pero la osamenta era plebeya. Era enorme y huesudo. Unos duros músculos se adivinaban debajo de la chaqueta y no tardaba en deforma sus pantalones más nuevos. Tenía una manera personal de plantarse en cualquier lugar que no dejaba de disgustar a muchos de sus propios colegas. Se trataba de algo más que seguridad, y sin embargo no era orgulloso (...) Era un comisario de primera clase con dos mil francos de sueldo al mes que, al terminar un caso y poner entre rejas a los asesinos, debía sentarse ante una hoja de papel y establecer su lista de gastos, adjuntar recibos y justificantes, ¡para pelear después con los de contabilidad!"[v].
Después de esta presentación, nos informa, a fin de conocerlo cada vez más, que "Había pasado la mitad de su vida en los servicios más diversos de la policía: prostitución y droga, en la brigada de calles, en la de estaciones de ferrocarril y en la del juego. Lo suficiente como para eliminar cualquier veleidad de misticismo y para desconfiar de la intuición"[vi]. El mismo año, en la tercera entrega de las crónicas de Maigret, Simenon nos lo perfila algo más de cara a su aspecto exterior: "Era corpulento, ancho sobre todo, pesado y sólido; sus ropas, sin refinamientos, subrayan lo que había de plebeyo en su estructura. Un rostro macizo, en el que los ojos eran capaces de guardar su inmovilidad bovina. Se parecía con este aspecto a ciertos personajes de pesadillas de los niños, a esas figuras monstruosamente aumentadas y sin expresión, que avanzan hacia el durmiente como para aplastarle. Algo implacable, inhumano, evocando un paquidermo en marcha hacia un objetivo del que nadie le podía apartar"[vii].
Poco a poco vamos entrando más en su forma de ser, en su manera de actuar. Parece como si el cronista de su vida le fuera cogiendo más cariño. Ya se sabe que cuando un historiador se decide a realizar una biografía de alguien termina enamorado de alguna manera de ese alguien, y este parece ser el caso de Maigret-Simenon. Ya en 1931 nos informa Simenon del método seguido por el comisario, que es, precisamente, no tener ningún método: "mi método -le dice Maigret al inspector Leroy- ha sido justamente no tenerlo"[viii]. Además llegamos a saber que el comisario, cuando le está rondando una solución, a través de una inspiración, de una intuición, se pone de muy mal humor: "Su mujer, como sus colaboradores, conocían muy bien aquel cerebro. En el Quai des Orfèvres, cuando se ponía así, se marchaban de puntillas y hablaban en voz baja, pues en esos momentos era capaz de una cólera tan violenta como breve, y luego era el primero en lamentarse"[ix]




[i] Pietr el letón. Traducción de Carlos Pujol. Ed. Tusquets. Barcelona, 1ª edi. febrero de 1994.
[ii] GEORGES SIMENON: Memorias íntimas. Trad.: Basilio Losada. Ediciones B. Col. Punto de Lectura, núm. 33. Vol. I. Pág. 47. Barcelona, 2000.
[iii] PIERRE ASSOULIN: Simenon. Maigret encuentra a su autor. Trad.: Mauro Armiño. Ed. Espasa Calpe, S.A. Madrid, 1994. Pág. 145.
[iv] Pero los llevó durante un tiempo: "En cuanto al bigote de las caricaturas, también es cierto que se llevaba en la época. ¿Acaso un hombre sin bigote no parecía un sirviente? El mío era bastante largo, de color caoba, un poco más oscuro que el de mi padre" terminó por desaparecer. Las memorias de Maigret. Edición mencionada. Pág. 108.
[v] En Pietr el letón. Edición mencionada. Págs. 19 y 137.
[vi] En M.Gallet décédé. Traducida por Joaquín Jordá para la editorial Tusquets como El difunto filántropo. Barcelona, 1994. Carmen Mascasas Gimeno la había traducido como La muerte del señor Gallet para Luis de Caralt Editor en 1974. Aunque nos diga que desconfía de la intuición, Maigret es un policía intuitivo.
[vii] En El ahorcado de Saint-Pholien. Trad.: de Joaquín Jordá. Ed. Tusquets. Barcelona, 1994. Pág. 97. Esta obra también fue publicada por la Editorial R.B.A. con el título de El ahorcado de la iglesia.
[viii] En Le chien jaune. Traducido para la editorial Tusquets y R.B.A. por Joaquín Jordá como El perro canelo. Barcelona, 1994. Pág. 221 de R.B.A.
[ix] En Maigret s´amuse. Traducción de Jesús López Pacheco con el título de Maigret se divierte... Luis de Caralt Editor, S.A. Barcelona, 1982. Pág. 125.

El contenido de Liberty pasa ahora a Liberty-B: 
http:www.liberty-bienzobas.es